Capítulo 1: El Sótano.
Era una tarde calurosa, y en aquel sótano aun más. El sonido
de la lavadora, que parecía que iba a echar a volar en cualquier momento, hacía
que ese lúgubre lugar fuera insoportable para Rodrigo y Paul. Ambos estaban
allí de paso, a pesar de vestir con traje, sus americanas y corbatas yacían en
unas viejas sillas de metal.
-Me cago en la puta Paul – Dijo Rodrigo- Siempre nos toca
hacer el trabajo sucio, parecemos los putos pringados del grupo.
-Rodrigo, no desesperes, Mr.Sheep confía en nosotros, y esto
es algo bastante personal – Añadió Paul.
Rodrigo y Paul, eran dos de los hombres de confianza de
Mr.Sheep, una especie de genio del Hampa al que poca gente le ha visto la cara
desde que es quien es. Las malas lenguas, dicen que ese apodo se lo ganó a
pulso a la edad de 20 años, cuando, el mismo, demostró ser la oveja negra de
una rica familia. Era el pequeño de 3 hermanos, y el único adoptado, ya os
podéis imaginar por que le llaman Mr.Sheep. La oveja, concretamente la oveja
negra, comenzó a moverse en los bajos fondos distribuyendo todo tipo de armas y
drogas en el mercado negro. Mas tarde, pudo permitirse el lujo de tener matones
a su disposición, y Rodrigo y Paul, eran dos de sus favoritos.
-Me cago en la puta, esto apesta –Dijo Rodrigo mientras
sacaba de una bolsa el cadáver de un perro- Dios, creo que voy a vomitar.
-Toma esto – Paul le lanzó una mascarilla a Rodrigo- Y ponte
los putos guantes joder, y tu camisa es blanca, quítatela o la pondrás toda
perdida.
Mr.Sheep, tampoco era tan malo como algunos creían. Solo
hacía daño a quien iba contra el, y no le gustaba que le tocasen las pelotas.
Así que cuando el senador del estado de Miami, en el que movía grandes
cantidades de narcóticos propuso regular una ley por la cual se permitiría la
libre comercialización en farmacias de Marihuana, uno de sus productos estrella
que movía en ese mismo estado (Aunque no era el que le hacía ganar
relativamente mucho dinero) no dudó en
hacer un par de llamadas para conseguir su número, llamarle y amenazarlo.
Al ver que hizo caso omiso a sus amenazas, no le quedó mas
remedio que actuar, así que lo primero que hizo fue secuestrar y ejecutar a dos
de sus preciados perros, en concreto sus favoritos, ya que este senador tenía
un amor incondicional hacia los cánidos, llegando a tener en su lujosa
residencia diez.
-Joder tío me has salpicado sácalo con cuidado – Rodrigo
hablaba – El pantalón me cago en todo.
-No vayas a quitarte el pantalón, bastante desagradable es
ya esto como para verte en paños menores –Decía Paul.
Rodrigo era un tipo de unos veinte-muchos treinta y pocos,
descendiente de Mexicanos. Llegó a formar parte de la banda de Mr.Sheep por un
golpe de suerte, ya que vendía crack en una zona en la que la hegemonía del
comercio de esta sustancia era de la propia banda de Mr.Sheep. Podía haber
acabado con el, pero el producto de Sheep era muy potente, y la fama combinada
con la serenidad y la forma de trabajar de Rodrigo era tal, que decidió
‘’convencerle’’ mandando a dos de sus sicarios para ‘’hablar’’ con Rodrigo.
Desde entonces, Rodrigo y su buena forma de trabajar, hicieron que poco a poco
se ganara la confianza de Mr.Sheep, el cual ordenó que lo instruyeran para
convertirlo en uno de sus matones mas letales, pero a la vez uno de los que
pasaba mas inadvertidos.
Paul, un tipo nacido allí mismo, era apodado ‘’el
carnicero’’. Pocos escrúpulos tenía, así que siempre se encargaba del trabajo
sucio. Había pasado de atracar gasolineras y casas de apuestas, a realizar
tareas que requerían sigilo y muchos fluídos y vísceras derramados por el
suelo, un desastre. El buen hacer de Paul y su limpieza, eran algo que
destacar, a Mr.Sheep le encantaba que no quedara ni huella ni rastro en sus
negocios.
-Orale homz, esto está acabado ya, y la bañera lista,
metamos al chucho –Dijo Rodrigo.
-No vuelvas a hablar como un jodido Chicano delante de mí,
sabes que me hierve la sangre, joder –Paul se quejaba.
-Eh cabron son mis raíces, respétalas, pareces un jodido
miembro del KKK, y en mi barrio esa gente se lleva un placaso en el cráneo ese.
-Va déjate de chorradas, en cuanto el puto perro se haya
difuminado en el ácido saldremos de aquí, no sin antes darnos una ducha. Huelo
a perro muerto, y necesito cambiarme, pasaremos antes por Burguer King,
comeremos y probablemente luego iremos al estadio de los Dolphins. Sheep me ha
dicho que unos Chinos van a hacer una entrega a unos tipos Haitianos, algo que
no le huele muy bien. Creo que deberíamos ir de incógnito, nada de traje,
pareceremos gansters, o políticos, y dudo que a esa gente le gusten otros gánsters
o un político, ya has visto lo que el jefe le hace a los políticos, ¿verdad?
-Simón Ese –Rodrigo seguía utilizando su jerga Chicana- Ve
al piso de arriba y mira que podemos ponernos homie, no quiero tener que
ponerme un vestido de su mamasita.
-Joder Rodrigo me cago en la puta, deja de hablar así de una
puta vez.
Ambos subieron al piso de arriba, mientras Paul aprovechaba
para asearse, Rodrigo subió a la habitación. Aquella habitación tenía una cama de matrimonio, una vieja cómoda y un armario lleno de ropa tanto de hombre como de mujer. Había piezas de mas de mil dolares, camisas de Ralph Lauren, Armani, vestidos de Prada (Propiedad de la mujer de Sheep). Sacó dos pantalones vaqueros y 2
polos, ambas escogidas por Mr.Sheep para ocasiones de este tipo. A Mr.Sheep le encantaba el lujo, y no dudaba en
vestir bien incluso a los suyos en la medida de lo posible.
-Rodrigo, puedes subir, cabronazo –Clamó Paul terminando de
secarse.
Rodrigo se duchó y vistió rápidamente, bajó al primer piso,
donde Paul le esperaba con los botones del polo desabrochados.
-Paul, abróchate esos botones, pareces un puto cocainómano –Rodrigo
dejó de usar la jerga chicana durante un momento- Como te vean así esos putos
Asiáticos te van a meter un tiro en la cabeza.
-Okey, jefe –Dijo Paul en tono irónico- Salgámos de aquí, el
coche está fuera.